Febrero: Mes de Ferias del Juguete.
A principios de mes se celebra la Feria del Juguete en Nüremberg. La cita anual, el escaparate a nivel mundial, del mundo del juguete.
Pero inmediatamente después, viene la Feria del Juguete de Valencia, actualmente muy devaluada respecto a lo que fue el gran acontecimiento, a nivel nacional, donde se presentaban las novedades para la siguiente campaña de Navidad/Reyes. En aquellos años en los que asistí a feria, la competencia entre las grandes firmas, era ciertamente feroz.
Los stands de las principales marcas eran construcciones «cerradas», con escaparates a la vista del público, en los que se mostraban los productos de la casa, pero casi nunca las novedades, las cuales estaban en el interior. Según me contaron, cuando los stands eran abiertos, se habían dado casos de «copias instantáneas», en que un grupo competidor era capaz de construir unos prototipos similares en unas horas, y ofrecerlos a la venta como producto propio.
Es importante considerar que en aquel tiempo, los pedidos y contratos de venta, se realizaban durante la feria. Al interior de los stands, sólo tenían acceso los compradores: detallistas, mayoristas, y representantes de grandes cadenas de distribución, debidamente acreditados, y muchas veces con cita previa.
En el Stand Exín, había un Hall de entrada, con telefonista-recepcionista, y una buena cantidad de sillones, en los que esperar el turno de entrada, siempre acompañados por el representante de la zona, o directivos de la empresa.
Una vez dentro, se les mostraban las zonas de exposición y novedades correspondientes a las diferentes líneas de producto, pasando a continuación por los despachos, para formular el pedido. Si convenía, se hacía una parada en el Bar, bien atendido, mejor surtido, y siempre animado, para comentar el estado de la cuestión.
Conviene resaltar que tanto el Bar, como el Restaurante en el piso superior, donde se servía el excelente almuerzo del mediodía, formaban parte del propio stand Exín, en una zona de obra construida, no desmontable, que se cerraba una vez finalizada la feria.
Pues bien, de aquella época conservo una serie de tarjetones que se enviaban a los detallistas para recordarles la importante cita, y el primero de los cuales aquí os presento. Corresponde al año 1979, y es el único que expresa el año. Los siguientes, que iré posteando, no lo hacen, y corresponderá a los historiadores y estudiosos establecer de qué año son, teniendo siempre bien presente, que lo mostrado en ellos, NO son las novedades del mismo.
Díptico promocional para la Feria de 1979 (Portada)
Díptico promocional para la Feria de 1979 (Interior)
El interior del stand estaba pavimentado con moqueta, y era tanta la electricidad estática de la que nos íbamos cargando a base de andar sobre ella, que no era raro electrocutar a alguien que venía de fuera al darle la mano, o soltar enormes chispas al tocar las puertas de aluminio.
También me hacía gracia que los últimos días, muchos vendedores de la casa, atendían a los clientes por gestos, como si fuera un diálogo de sordomudos, pues se habían quedado ya sin voz, debido a horas y horas de hablar, fumar, y también al ambiente tan seco que creaba la fuerte iluminación. Se pasaban el día sacando unas cajitas del bolsillo con pastillas para la garganta. Unos adelantados a lo que después sería la Ruta del Bacalao, también en Valencia.
En los años calurosos, se apagaba a ratos esta fuerte iluminación cenital, pues el calor era insoportable. Y siempre, durante la hora del almuerzo, también se apagaba, para ahorrar energía, y refrescar un poco. En la sobremesa, más de uno aprovechaba la penumbra del stand, para echarse una siesta…
Díptico promocional de la Feria de Valencia (Portada y contraportada)
Díptico promocional de la Feria de Valencia (Interior)
La imágenes a continuación pueden ilustrar algo la narración, son cortesía de Telefèric. Según el compañero Telefèric:
Vestíbulo del Stand de Exin en la Feria de 1973
«Esta corresponde al vestíbulo del stand en la feria del 73, única a la que yo asistí. Esa también es una batallita que tengo por contaros. Según me decía en aquella ocasión el encargado de ferias, hombre muy educado, amable, impecable en el vestir, algo cetrino y enjuto, el stand era nuevo del año anterior o el otro y había costado la fabulosa cantidad de cuatro millones de pesetas. Tenia un comedor para cuarenta personas que se abastecía con un catering aunque estaba dotado de cocina de precalentamiento (no recuerdo lo de la segunda planta), por la situación del están dando a un patio, los camiones del catering se situaban junto al stand mismo, así como los camiones de la empresa. El susodicho vestíbulo actuaba de esclusa con el exterior, las puertas que veis eran las exteriores, a espaldas del fotógrafo había otras iguales que daban al espacio central del stand donde se exhibían las novedades y sus presentaciones previstas junto con los modelos de exhibición de cada línea, era zona restringida, sin embargo podías ser invitado al stand aún siendo un juguetero «al detall» si tus pedidos durante el año anterior habían sido lo suficientemente grandes (información facilitada por un pariente con tienda de juguetes y deportes). A la izquierda de la imagen estaba la puerta del bar y el comedor.
Como veréis el ambiente es años setenta total (muy Bocaccio) el embero era una novedad y el aluminio en crudo «mu moderno».
Las bombillas eran de incandescencia, caras y sofisticadas y se fundían constantemente, el propietario expresaba su malestar por esta circunstancia.
Como yo soy eléctricamente muy activo todo el mundo me huía, claro que siempre me quedaba el recurso de ir a descargarme en una puerta, xs,xs.
Sala de exposición con productos Exin
Esta es la parte central del están que se articulaba alrededor de la mampara que veis a la derecha. El cilindro lleno de agua del fondo no es un suministrador de agua mineral. Es un depósito en el que se podia manejar un Madelman buzo, novedad aquel año, con la escafandra transparente para que se viese el principio físico de su funcionamiento.»
Gracias a Telefèric he tenido pesadillas, el susto que me llevé al ver sus fotos fue de los gordos, aunque me encanta ver estos documentos que parecen salidos de la noche de los tiempos.
Pero es que esas lámparas me han parecido todavía más HORROROSAS que como las recordaba. Porque ya no me importa decirlo, pero así me parecieron la primera vez y la primera Feria, a la que asistí, y ahora, 30 y pico años después, me reafirmo en ello. Y no sólo por la forma tan «kitsch» de las lámparas en sí mismas, sino también por la intensísima luz que desprendían, absolutamente mal aprovechada, pues lo importante, que era el producto expuesto, quedaba igual, o peor iluminado, que el resto de la sala, personal incluído, con lo que se diluía toda la atención.
Creo que hice comentarios al respecto, y para cuando se presentó Tente Mar, Ruta y Astro, la cosa ya cambió. Se mantenían las dichosas lámparas en el techo (por si acaso), pero apagadas.
Se construyó un mueble expositor con módulos a diferentes niveles, mostrando de cada línea, los modelos, los envases, y el despiece de cada modelo, creo recordar. Y la luz provenía de unos reflectores direccionales también situados en el techo, entre las lámparas, orientados sobre cada módulo. En la pared, y enmarcándolo todo, un gran panel retroiluminado con el logotipo Tente. La luz ambiente, era sólo la reflejada por las propias superficies blancas de exposición, y la atmósfera creada, era bastante más acogedora y relajante.
No dispongo de material gráfico sobre esto, pero quizá algún día aparezca por algún sitio. En compensación, ahí va otro tarjetón.
Díptico promocional de la 14ª Feria de Valencia
Díptico promocional de la 14ª Feria de Valencia (Interior)
Algunos macacos íbamos a Feria para montar la exposición del producto, y nos quedábamos por si surgían preguntas de tipo técnico, o arreglar algún desperfecto.
Así que los días transcurrían entre cortos paseos por la feria para enterarse de lo que se hacía en el sector, las conversaciones tipo cuartelario con los vendedores de muy diferentes acentos según la región de procedencia, cháchara con compañeros que venían de fábrica a visitarnos, poner la oreja a los comentarios de los clientes, y el aburrimiento.
Sin embargo, era un romper con la rutina, y tengo buen recuerdo de aquellas ferias, excepto: Las interminables colas de coches, tanto a la hora de entrada, como a la salida, Kilómetros de caravana avanzando paso a paso desde Valencia hasta el recinto, situado en las afueras, y viceversa. La foto del tarjetón no refleja exactamente la realidad.
No había Metro en Valencia, en aquellos años. Creo que ahora, el tema está solucionado.
Díptico de la Feria de Valencia (Portada)
Díptico de la Feria de Valencia (Interior)
El 23 de Febrero del año 1981, salí de Valencia a última hora de la tarde, de vuelta a Barcelona. La verdad es que durante el viaje, no noté nada especial, pues no llevaba radio en el coche.
Sólo cuando llegué a casa me enteré de lo que estaba sucediendo: El Coronel Tejero en el congreso, montando el cutre-bananero espectáculo. Y en las calles de Valencia, los tanques de Milans del Bosch, que parece salieron justo cuando yo marchaba. Me pasé gran parte de la noche escuchando las diferentes emisoras de radio, y con la TV encendida.
Al día siguiente, al volver a Exín, tuve noticias de mis compañeros en la Feria, explicando el susto que se habían llevado, y la inquietud de saber cómo acabaría todo aquello, viendo el ejército patrullando por la calle, sin poder salir del hotel.
Batallitas que esperemos no vuelvan a repetirse.
Díptico de la Feria de Valencia de 1981 (Portada y contraportada)
Díptico de la Feria de Valencia de 1981 (Interior)
Los packs de Exín estaban muy cuidados, y más si los comparamos con otros de la misma época, también de juguetes, en los que todavía imperaba la idea de que “sólo son juguetes”, con lo cual se entendía que cualquier cosa, mientras fuese barata, ya servía.
Intervenían en los packs, anuncios y en el diseño de marcas, agencias de publicidad que definían el aspecto final junto con los ilustradores, si bien las directrices en cuanto a formatos ó ideas, muchas veces salían de la propia empresa. Y en primicia te diré que un pajarito me ha dicho que pronto tendremos por aquí al macaco más cercano a estos temas, y además cronista-fotógrafo tipo bombero de la casa: “Corre, fotografíame esto”. Algo ha encontrado en su baúl, que puede gustarnos.
Y llegamos al último díptico-invitación a la Feria de Valencia que tengo.
Pero me parece que debe ser el más antiguo, pues ahora que me fijo, sólo aparece con los logos propios de Exín: (Scalextric, Exín Castillos, Cine Exín y Tente). Brillan por su ausencia: Madelman, Exín West, Ibertren y Sindy.
Es notable ver la diferencia que hay entre los Fórmula 1 de la época ( Tyrrell, en este caso) y los actuales, en cuanto a la simplicidad de las decoraciones impuestas por los sponsors. Ciertamente, era más fácil reproducirlos: Un par de pegatinas, y a Valencia a todo gas!
Díptico promocional de la Feria de Valencia (Portada y contraportada)
Díptico promocional de la Feria de Valencia (Interior)
No es que tenga mucho que ver con la Feria de Valencia, este tarjetón, pero sí con Agosto que empezamos hoy, y prefiero colgarlo aquí en este hilo, con los demás tarjetones.
Obsérvese que ya entonces se usó el algodón para simular la espuma del agua de mar, como después hemos visto también en algún hilo de este foro, y lo mejor es que sigue “dando el pego”.
Os deseo lo mejor en estos días de descanso.
Targetón promocional de Exin deseando buenas vacaciones